Eagle Landing State Park

El parque estatal Eagle Landing recibe el nombre apropiado para sus visitantes favoritos. Este lugar, uno de los parques estatales más nuevos de Connecticut, cuenta con 16 acres de frente al río Connecticut y un muelle que ofrece recorridos panorámicos y de observación de aves. Los bancos, las pasarelas y los muelles brindan a los visitantes durante todo el año un respiro del estrés de la vida. Ya sea para observar los barcos en verano, admirar las vistas panorámicas de Goodspeed Opera House y Swing Bridge o esperar ver nuestro símbolo nacional en los meses de invierno, Eagle Landing es una visita fácil durante todo el año.

Las líneas de cruceros operan desde Eagle Landing: Connecticut River Expeditions de River Quests, en conjunto con el CT Valley Steam Train ubicado en Essex, y Lady Katharine, que ofrece una variedad de cruceros de verano y cruceros de invierno para ver águilas que parten de la costa del parque. El parque está adyacente al Valley Railroad State Park y al Clark Creek Wildlife Management Area, lo que facilita la exploración de los tres parques juntos.

Historia

A principios de la década de 2000, comenzaron las obras para adquirir las piezas que hoy conforman el parque de 16 acres. Toda adquisición de un frente a lo largo del río Connecticut es muy valorada por su ubicación privilegiada y su importancia como patrimonio natural. El parque estatal Eagle Landing no es una excepción.

Al igual que gran parte de la llanura aluvial del río Connecticut, la zona de Eagle Landing se utilizó históricamente para la agricultura desde mucho antes del siglo pasado hasta la década de 1960. Desde entonces, su uso como puerto base para una línea de cruceros trajo consigo la construcción de edificios y el estacionamiento en superficie. En su apogeo, la línea ofrecía viajes panorámicos por el valle inferior del río Connecticut y a través del estrecho hasta Long Island.

Pero la historia más importante es la visita y repoblación del Valle por parte de las águilas calvas. La combinación actual de conservación de las tierras ribereñas, que proporciona un hábitat adecuado, y la disminución significativa de la contaminación de los alimentos a base de pesticidas ha permitido que la población de águilas se recupere de una ausencia casi total en el estado en la década de 1950 a los avistamientos invernales actuales que se cuentan por docenas.